Cada ser humano tiene su propio abismo y de los millones que existen, los nuestros fueron tocados por el buen dios de los sueños carnívoros, el de la piel chinita sin fin, el de los besos hipnóticos.
Artesano, seudopoeta, monero e historietista a ratos, lector incansable (mientras esté en el wc), editor de la revista político -cultural "Contrasobrepeso"
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