Tu cabello es un lagarto en celo, devora mis sueños mortales y mis pecados veniales, se retuerce, da vueltas siguiendo su cola y se duerme. Sueña con tus mañanas y tus fugas nocturnas, saborea los olvidos, arregla los agravios; multiplica el pan, el vino y tus besos. Al tercer día despierta y sale gozoso a buscar mis prohibiciones y tus pecados futuros
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